dimecres, 28 d’abril del 2010

Summer plans

El verano se acerca. Y joder, qué verano. Cada vez vives más al día, sin planes, sin predicciones. ¡Y cómo te gusta a ti todo esto!

-Ey, ¿qué harás este verano? –preguntan animados-.

-Pues… pues no lo sé.

Y sonríes. Parece triste, un verano sin planes. Pero este siempre ha sido el mejor plan para ti. Y se te pasa por la cabeza un viaje a Francia o un intenso verano de feria en feria. Tal vez acabes en Canadá o repitas con Granada y todos esos colores que te enamoraron. Lo que tienes claro es que se acercan las noches en la playa, con un par de copas de más, nadando a oscuras observando la luna –que también observará, intentando adivinar cuántos quilos has engordado des del verano pasado-.

Y sudarás, y cogerás color, y te llenarás de sal, incluso hasta te cortarás el pelo.

Qué incertidumbre tan buena… como cuando esperas el beso que tarde o temprano llegará. Con ese cosquilleo en la punta de los dedos, que nunca has sabido muy bien cómo explicar.

Vamos a vivir, ¿vale? Dejémonos de planes y vamos a vivir al ritmo que marque el mar.
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divendres, 16 d’abril del 2010

The End

Íbamos cayendo, sin querer, los unos encima de los otros. Sin darnos cuenta, sin tiempo para reflexiones, empezábamos a ser almas muertas en cuerpos que aún guardaban salud para rato. Pero la incertidumbre se acercaba, casi al mismo ritmo que la indiferencia –a la que nadie lograba superar en velocidad y oportunismo-. Ésta última siempre se presentaba justo al tiempo en que las cosas pintaban mal, como si ya lo supiera ella. Y entonces agarraba nuestros corazones y los arrastraba a un abismo de desidia del que pocos lograban salir sin al menos una pequeña cicatriz. Todos volvíamos, o al menos la mayoría, pero ya no lo hacíamos de la misma forma, ni con la misma ilusión. Era como la misma muerte. Tan endurecedora, tan fría, tan injusta a veces, tan natural otras.

Éramos almas muertas, aunque nuestras piernas caminaran y nuestros pulmones se llenaran, hacía mucho tiempo que habíamos decidido que la vida ya no era para nosotros, valientes soñadores, pobres desafortunados, ingenuos artistas sin talento.

Se nos rompían los gestos mientras a otros les brillaban los ojos y temblábamos, ¡cuánto temblábamos aquellas noches de abril!

Pero luego salía el sol y rescataba a aquellos sabios que, al fin y al cabo, eran los poderosos. Y a su alrededor miles de cadáveres, aún con el corazón bombeando, contemplábamos impotentes la escena.

Nunca habría un final para nosotros.

dijous, 8 d’abril del 2010

Correspondencia nunca enviada

Esto va por vosotros, capullos integrales.

Tipos duros, chicos rudos, almas libres, dedos largos, lengua fría, alma helada. Va por todos vosotros, imbéciles atontados. Tipos sensibles, chicos románticos, ojos abiertos, mente cerrada, pasos pequeños, voz apagada. Cobardes, embusteros y maquiavélicos.

Va por esos polvos salvajes en días lluviosos, por esos orgasmos fingidos en noches de verano, por esos roces en playas mojadas. Por vosotros, pedazo de idiotas. Que os jodan. Pantalones caídos, chupa de cuero o palestino desgastado. Lo último de Maiden o el primero de Clapton. A la mierda.

Cartas de amor, canciones de amor, sonetos de amor, retratos de amor… todo arde.

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Yo me voy a Honolulu con un cigarro y un sombrero.

Aquí os quedáis, panda de enfermos.

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Atentamente,

Diana.